La glucosa (conocido como azúcar) es fundamental para el funcionamiento adecuado de nuestros órganos, aportando energía principalmente al cerebro y a los músculos. Aunque se cree que el consumo de azúcar es malo, de hecho, con moderación, no lo es. Y, al contrario, abstenerse de ingerirla podría traer consecuencias muy peligrosas para la salud, como mareos, dolor de cabeza, visión borrosa, somnolencia, alteraciones del estado de conciencia, desmayos y hasta la muerte en casos extremos.
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